Mucho han cambiado las cosas desde que hace dos décadas comenzaran a iniciarse los pasos para crear el Instituto Coca Cola de la felicidad fundado por Margarita Álvarez. Poco se hablaba entonces, años 2003-2004, de este término pero la labor de esta mujer, muy reconocida en el ámbito del marketing, de la comunicación y de los Recursos Humanos, ha marcado sin duda un camino con impacto positivo en el bienestar social.
No estuvo sola en los comienzos, colaboró con expertos y divulgadores científicos de la talla de Eduard Punset para fundamentar las bases del primer instituto de este tipo y apostar por la palabra felicidad. Ahora las marcas, “más de 200 el año pasado, utilizaron la palabra felicidad o feliz en su comunicación.
Un término anhelado pero difícil de definir, reconoce, “hay quienes, como Punset, dicen que la felicidad es la ausencia de miedo” pero hay muchas definiciones. Lo importante es “trabajar todas aquellas piezas que sabemos que a todos los seres humanos nos afectan para sentirnos emocionalmente y mentalmente mejor…. y eso, al final, a lo que te lleva es a ese estado de felicidad”.
Lo que sí determina sin dudar son cinco elementos comunes que contribuyen a generar un estado de felicidad. Centrarse en valorar las cosas cotidianas, pequeñas; la sensación de que tu vida tiene un sentido; las relaciones sociales; la gratitud; y, por último, la generosidad. Cuando tenemos un acto de generosidad con alguien se activa una zona del cerebro que es la misma que se activa cuando tenemos comida o sexo, explicó. Por eso, “un acto de generosidad hace que el cerebro te premie y se dice que el altruismo tiene un punto de egoísmo porque tú el chute te lo llevas”.
Escritora y conferenciante, Álvarez advierte de que en la actualidad se está confundiendo la felicidad con alegría. “Creemos que ser feliz es estar siempre alegre, estar siempre bien y entonces lo que hacemos es entrar en la tiranía de la positividad”.
"Lo importante es trabajar todas aquellas piezas que sabemos que a todos los seres humanos nos afectan para sentirnos emocionalmente y mentalmente mejor…. y eso, al final, a lo que te lleva es a ese estado de felicidad”
La felicidad, insiste, es compatible con momentos de tristeza, con momentos de duelo, con situaciones difíciles de la vida.
Las emociones duran en el organismo humano entre 80 y 90 segundos “todo lo demás lo añadimos nosotros de pensamientos, de rumiar, con la fuerza gravitacional de las emociones se van añadiendo a ese momento”. Pero si una persona entiende que el cerebro funciona de esta manera, será más capaz de gestionar distintas situaciones. “Está muy bien estar mal, estar triste, porque es una emoción fundamental lo que pasa es que tú tienes que decidir durante, cuánto tiempo vas a estar así”.
Para Álvarez la irrupción del Covid ha sido fundamental para que la salud mental y el bienestar emocional se vayan extendiendo a todos los ámbitos de la sociedad y tengan visibilidad también en las organizaciones.
"En la actualidad confundimos la felicidad con alegría. Creemos que ser feliz es estar siempre alegre, estar siempre bien y entonces lo que hacemos es entrar en la tiranía de la positividad”.
Ha tenido que pasar una pandemia para que entendamos que hay una parte fundamental dentro de una organización que es gestionar, dentro de los equipos, esa parte emocional y esa parte mental. Una gestión que redunda directamente en una cuenta de resultados, explicó esta experta a la que la revista Forbes califica como una de las 50 mujeres más poderosas de España. También ha sido elegida entre las top 100 de mujeres más influyentes del país y una de las 10 directivas más influyentes en los últimos tres años.
Esta estudiosa que lleva décadas ahondando, midiendo y divulgando la felicidad como elemento motor participará el próximo 25 de mayo en el II Encuentro de Personas Vitamina que promueve la Fundación Chekipa, con la colaboración de la Consejería de Educación y Juventud del Cabildo de Fuerteventura.
Un encuentro que, según la propia Margarita, “debería replicarse en todos los lugares del mundo” para transformarlos con dosis de energía y felicidad.
