“Me negué a vivir enferma; decidí buscar otra forma de estar bien y ahora ayudo a otras personas”. Sevillana de nacimiento y majorera "de crecimiento", la terapeuta Inma Blanco ha transformado una experiencia personal de enfermedad y búsqueda interior en un camino de acompañamiento hacia el bienestar. “Me dijeron que era lo que había y que iba a estar cada vez peor, y yo me negué. Pensé, no se puede vivir así, o mejor dicho, no quiero vivir así".
Su historia, contada en el pódcast Las Huellas de Carmela, es la de una mujer que decidió romper con lo establecido y apostar por las terapias complementarias como herramienta para mejorar la salud mental y emocional. “Empecé como paciente y llegó un momento en que dije: hay más personas que tienen que conocer esto”, explica Blanco, quien hoy preside la Asociación Iocari, centrada en el bienestar integral en la isla.
Tras años trabajando en la hostelería, Blanco dio, recientemente, un giro valiente a su vida para centrarse en lo que verdaderamente siente que debe hacer. Desde su consulta en Villaverde, ofrece sesiones de biodescodificación, reiki, constelaciones familiares y masaje de chakras, terapias que combinan cuerpo, mente y, también, la emoción.
Blanco explica algunas de las técnicas que utiliza y destaca, por ejemplo, que el masaje de chakras se basa en equilibrar la energía; me gusta llamarlo un masaje amoroso, porque no se viene a pasar dolor. Solo con pedir cita ya estás diciéndote que te estás cuidando”, explica.
Su enfoque es claro: el síntoma físico es solo una alerta. “El cuerpo habla hasta que tiene que gritar; muchas veces no le hacemos caso hasta que nos para”, añade en clara sintonía con lo que, habitualmente, también destaca Carmen Gutiérrez, terapeuta y alma del podcast Las Huellas de Carmela.
En todos los episodios, reivindica la importancia de la responsabilidad personal insistiendo en que “las mayores barreras están en nuestra mente. No es tanto que no podamos, sino que creemos que no podemos”.
Ambas defienden un modelo de salud integral que no excluye a la medicina tradicional, sino que la complementa. “La salud debería ser un compendio. No estoy en contra de la medicina ni de los psicólogos; lo ideal sería trabajar todos juntos”, subraya Inma.
El auge de estas prácticas en la isla es evidente. “En Fuerteventura ha habido una explosión de terapeutas y diferentes técnicas, destaca Carmen, quien invita a las personas a investigar y encontrar el acompañamiento adecuado. “No hay pastilla mágica; se trata de calma, paciencia y responsabilidad”.
Inma atiende a mujeres que, como ella, han pasado de cuidar a los demás a aprender a cuidarse. “Nos enseñan a cuidar sin recibir nada a cambio. Pero si una persona no está bien, no tiene nada que dar”, resume.
Su mensaje es sencillo, "cuidarse no es egoísmo, es supervivencia. Y su propósito, acompañar con autenticidad. “Yo lo que tengo lo ofrezco. No me guardo nada. Creo que el beneficio colectivo va por encima de todo”, dice con serenidad.
En su consulta de Villaverde—teléfono 656 846 610— Inma Blanco ha encontrado su lugar. “Estoy centradísima. Ahora sí que me estoy cuidando”, concluye con una sonrisa.