El ataque de un tiburón en Fuerteventura se queda en un susto: "Le tocó la lotería"

La mordida de un tiburón a un joven deportista en la costa oeste de Fuerteventura se salda con unos puntos y antibióticos. Alba Frey e Iballa Ruano formaban parte del grupo que estaba haciendo una travesía de paddle foil cuando ocurrió el ataque. La deportista majorera le resta importancia al accidente, sabedora de que es algo "muy raro", y que los ataques de tiburones en Canarias no suponen nunca accidentes graves

Mordida de un tiburón en Fuerteventura a un folier y a su tabla.
Mordida de un tiburón en Fuerteventura a un folier y a su tabla.

El ataque de un tiburón a un deportista el pasado viernes en aguas de Fuerteventura se saldó con una mordida, algunos puntos de sutura y un mensaje claro: "Tranquilidad". Un grupo de cinco amigos estaba haciendo una travesía de paddle foil entre las localidades de El Cotillo y Los Molinos, a dos kilómetros de la costa oeste de la isla, cuando uno de ellos sintió la mordida.

La destacada rider majorera, Alba Frey, y la multicampeona del mundo de windsurf y paddle surf, Iballa Ruano, formaban parte del grupo, con otros tres amigos más. En un momento dado, uno de ellos dejó de planear, y con la tabla en el agua, aprovechó para beber agua y descansar.

La tala de paddle foil en la playa de Los Molinas, con las mandíbulas de un tiburón marcadas.

"Seguramente, el tiburón venía siguiendo el foil, que es lo único que se ve debajo del agua, y al pararse la tabla, se habrá asustado y mordió”, relató Alba Frey a Fuerteventura Digital. La reacción del compañero fue la de darle con el remo para que soltara. Y así ocurrió. Inicialmente, no todos se dieron cuenta del ataque. "Al principio no me di cuenta de lo que pasaba. Lo vi remando con las manos hacia tierra, y pensé que había roto el remo", recuerda Frey.

Al encontrarse tan lejos de la costa, fueron veinte minutos nadando hasta llegar a la playa. Una vez en tierra, comprobaron que "la mordida fue superficial" y que "no hubo desgarro". Así que en lugar de activar a los servicios de emergencia, llevaron directamente al compañero al hospital, donde le pusieron unos puntos y antibióticos.

Aunque fueron momentos de cierta tensión, la deportista majorera resta importancia al incidente, porque sabe que a los tiburones "no les gustamos ni nosotros ni las tablas. Cuando se dan cuenta que no se come, sueltan". Y aunque "es verdad que te pueden hacer daño", lo que ha ocurrido "es algo muy raro. Casi, como que te toque la lotería", enfatiza.

Para intentar entender el suceso, con posterioridad contactaron con conocidos biólogos marinos, quienes a tenor de las imágenes, aventuraron que la mordida podría ser de un marrajo de unos dos o tres metros. Habitualmente "vemos tiburones, sobre todo tiburones martillo en la costa este", una especie que en Canarias se conoce como cornuda, y que "son asustadizos". En la costa oeste "hay más marrajos, que son curiosos y pueden ser más agresivos". Y de avistarlos, suele ser lejos de tierra, como en este caso, subraya.

Alba Frey e Iballla Ruano, entrenando
Alba Frey e Iballla Ruano, entrenando.

La joven deportista recalca que los marrajos no son letales. De hecho, de los más de tres mil ataques de tiburón registrados en todo el planeta desde que existen datos históricos, solo trece han sido en España, y entre ellos, solo siete tuvieron lugar en Canarias, como recopilaba Canarias7 en un artículo del año pasado. Y la única muerte por un ataque de tiburón en el país, fue en Baleares, en 1902.

Alba Frey, campeona de paddle surf natural de Fuerteventura
Alba Frey, campeona de paddle surf natural de Fuerteventura

Después del susto, Alba Frey y sus compañeros no pierden de las ganas de seguir entrenando y disfrutando del paddle foil, "una disciplina relativamente nueva, en la que vas en downwind muy rápido, hasta 25 kilómetros por hora". Con la ayuda de una tabla, un foil, un remo, y navegando a favor del viento y la corriente, "de El Cotillo a Los Molinos nos ponemos en una hora".

El compañero herido está bien y se recupera -"ahora le tocan dos semanas con la pata en alto"-, y al ser conscientes de que el suceso es extraordinario, "no vamos a dejar de hacer deporte".

"A lo mejor, nos tomamos un tiempo antes de volver a esa zona y navegar tan alejados...", comentaba Alba con una pequeña risa al otro lado del teléfono, justo antes de despedirse con cierta prisa, "porque vuelvo al agua".